Las palabras duelen.
A veces más que los hechos.
Especialmente cuando vienen de alguien en quien confías, alguien que sabes que conoce tus puntos débiles.
Una frase mal dicha, una crítica disfrazada, una burla fuera de lugar… y algo dentro de ti se rompe.
Pero no estás obligado a quedarte con esa herida.
Respira antes de reaccionar
Tu primera reacción puede ser responder con rabia.
Atacar. Gritar. Devolver el golpe.
Pero eso solo alarga el conflicto y te aleja de tu centro.
Respirar no es huir. Es ganar tiempo para elegir cómo vas a responder, no cómo vas a reaccionar.
No le entregues el control de tu estado emocional
Si sus palabras te derrumban por completo, le estás dando el poder de definir tu día, tu ánimo, tu imagen.
No lo permitas.
Lo que alguien dice con intención de herir, habla más de ella que de ti.
Tú decides cuánto valor le das a lo que escuchas.
Habla claro, sin necesidad de herir
No necesitas ser hiriente para ser firme.
Algunas frases que puedes usar:
-
“Eso que dijiste me pareció innecesario.”
-
“No acepto que me hablen así.”
-
“Te pido respeto, y si no está, prefiero guardar distancia.”
No para ganar la discusión. Para proteger tu dignidad.
No te quedes en el dolor
Después de la herida, viene la decisión más importante: ¿vas a quedarte en la tristeza o vas a levantarte?
No se trata de ignorar lo que sentiste. Se trata de no quedarte atrapado en eso.
Aprende. Fortalécete. Y recuerda esa escena, no con rencor… sino como señal de lo que no volverás a aceptar.
Si es constante, elige tu paz
Todos podemos equivocarnos y decir algo fuera de lugar. Pero si alguien te hiere con frecuencia, con intención o indiferencia, no es un error… es un patrón.
Y tú no estás para vivir en constante defensa.
Estás para rodearte de personas que te eleven, no que te desgasten.
Quédate con esto
-
No toda palabra define quién eres.
-
El respeto no se negocia con lágrimas, se exige con postura.
-
No necesitas herir para poner límites.
-
Tu respuesta marca tu poder, no tu silencio herido.
Y si alguna vez sus palabras te hicieron dudar de ti… que tu actitud se encargue de recordarte todo lo que vales. Porque no eres lo que te dijeron. Eres todo lo que superaste sin perderte.