Amar no es controlar.
No es marcar territorio.
Tampoco es exigir cambios para que el otro se adapte.
Amar, cuando es de verdad, se nota en los detalles más simples…
y en la forma en que ella te respeta incluso cuando no estás de acuerdo.
Una mujer que ama bien, no necesita hacer ruido.
Se siente.
¿Qué tiene una mujer así?
No es perfecta.
No pretende serlo.
Pero hay algo en ella que da paz.
No te exige que seas fuerte todo el tiempo.
Pero confía en ti.
No te impone su visión.
Pero la comparte con firmeza.
Señales de un amor real
-
Te escucha sin interrumpirte
-
No te ridiculiza cuando te abres
-
Te apoya, pero también te reta
-
Se alegra con tus logros
-
No te compara con nadie
Ella no necesita grandes gestos para demostrar amor.
Sus actos cotidianos lo hacen evidente.
No busca ganarte, busca entenderte
Sabe cuándo hablar y cuándo simplemente estar.
No usa tus debilidades como arma.
Te protege incluso en tu ausencia.
Y jamás cruza la línea del respeto, ni en discusiones.
Porque entiende que el respeto es el idioma del amor duradero.
Te impulsa a crecer sin perderte a ti mismo
Una mujer así no quiere moldearte.
Quiere verte brillar siendo tú.
Y cuando tienes miedo, no se aleja.
Te toma la mano, sin presionarte.
En sus silencios hay apoyo.
Y en sus palabras, dirección.
Amar de verdad es cuidar sin asfixiar
Y ella lo entiende.
No necesita tenerte encima todo el tiempo.
Confía.
Respeta tu espacio.
Te recuerda quién eres cuando tú lo olvidas.
Una mujer que ama bien no se nota por lo que exige…
sino por lo que aporta.