No todos los caminos se recorren acompañado.
Y no todas las compañías son adecuadas para el rumbo que eliges.
Por eso, más que preguntar si te gusta…
pregúntate si ella encaja en la vida que estás construyendo.
Porque cuando una mujer es la indicada, no lo sientes solo en el corazón.
Lo notas en la dirección que toma tu vida.
La indicada no te desvía, te alinea
Estar con ella no te desconecta de ti mismo.
Te vuelve más tú.
Más centrado.
Más enfocado.
No te exige que renuncies a lo que eres.
Te impulsa a ser la mejor versión de eso.
Señales de que ella sí va con tu camino
-
Tus decisiones mejoran desde que está contigo
-
Te sientes en paz, no en tensión
-
Puedes ser vulnerable sin sentirte débil
-
Hay admiración mutua, no dependencia
-
Sientes que crecen juntos, no que uno arrastra al otro
Ella no te pide que dejes tus metas.
Quiere formar parte de ellas.
Comparte tu visión, no solo tu presente
No se queda en lo inmediato.
Te pregunta por tus planes.
Se interesa por tu crecimiento.
Y poco a poco, empieza a construir contigo, aunque sea desde lo pequeño.
Su forma de amar no se basa en lo que recibe.
Sino en lo que construyen como equipo.
No todo será perfecto, pero hay voluntad
Habrá diferencias.
Discusiones.
Días grises.
Pero en lugar de usar eso para alejarse, se queda y busca soluciones.
Ahí descubres que su compromiso es real.
No condicionado al clima emocional del momento.
Estar con ella te hace avanzar
Y eso es quizás la señal más clara.
No te detiene.
No te confunde.
No te hace sentir menos.
Te acompaña, te comprende y te reta con amor.
Porque cuando una mujer es la indicada…
no lo dudas tanto.
Lo vives.