Algunas mujeres no se van con discusiones, se van en silencio.
Y cuando lo hacen, es porque notaron actitudes que les mostraron que ya no hay nada que las retenga.
1. Estar ausente cuando ella más te necesita
Uno de los errores más comunes es desaparecer cuando ella más necesita apoyo.
No se trata de estar todo el tiempo pendiente, sino de saber estar cuando es importante.
Si solo apareces cuando todo va bien, pero te ausentas cuando algo le duele, ella empezará a verte como alguien que no suma.
Y cuando una mujer siente que no puede contar contigo, poco a poco comienza a desconectarse emocionalmente.
2. No tener tiempo para ella, pero sí para todo lo demás
Tener una vida ocupada es normal, pero hacerla sentir que siempre es lo último en tu lista, no.
Si tus mensajes son apurados, tus planes con ella se cancelan o nunca tienes cinco minutos para saber cómo está, lo va a notar.
Y cuando nota que no hay espacio para ella, empezará a crear uno donde tú ya no estás.
3. Hacer comparaciones que la hacen sentir reemplazable
Tal vez no lo haces con mala intención, pero cuando hablas de otras mujeres como si fueran más interesantes, más atractivas o más valiosas, ella lo siente.
Aunque no lo diga, su corazón se cierra un poco más cada vez.
Porque cuando una mujer siente que tiene que competir por tu atención, deja de querer ganarla.
4. Invalidar lo que siente con frases vacías
Decirle que exagera, que no es para tanto o que siempre está sensible no ayuda. Solo aleja.
Ella necesita sentirse escuchada, no corregida.
Cuando no encuentra en ti un espacio seguro para expresarse, simplemente deja de hacerlo.
Y en ese silencio, comienza a irse.
5. Mostrar interés solo cuando crees que la estás perdiendo
Si solo cambias cuando la ves distante, si solo apareces cuando intuyes que alguien más se acercó, el mensaje queda claro.
No es afecto real, es reacción por miedo a perder.
Y una mujer que nota eso, ya empezó a dejar de sentir.
Así desapareces de su vida, aunque aún esté presente
Ella no siempre se va con palabras. A veces sigue sonriendo, pero ya no siente lo mismo.
Sigue contestando, pero ya no espera nada.
Sigue cerca, pero emocionalmente ya no estás ahí.
Y cuando llega ese punto, es difícil que vuelva a verte igual.