Hay personas que parecen estar siempre frente a un espejo invisible.
No importa lo que les digas, siempre están esperando que lo reafirmes.
No importa lo que hagas, nunca es suficiente si no refuerza la imagen que intentan mantener.
Y si no lo notas a tiempo, puedes quedar atrapado en ese juego.
Uno donde no eres pareja, sino espejo.
Uno donde te desgastas mientras el otro solo se busca a sí mismo.
¿Estás con alguien que necesita validación… o con alguien que realmente quiere construir contigo?
Es fácil confundirse.
Ella puede ser carismática, afectuosa, incluso atenta.
Pero poco a poco, notas que todo gira en torno a lo que necesita sentir, no a lo que ambos están creando.
• Quiere que siempre la felicites, incluso por cosas mínimas.
• Se molesta si no reaccionas con entusiasmo a sus publicaciones o logros.
• Te compara con otros que “la valoraban más”.
• Busca reafirmación constante, pero rara vez devuelve la misma atención.
• Cambia su actitud según cuánto caso le hagas.
Eso no es vínculo, es hambre emocional.
Y tú no estás aquí para alimentar vacíos ajenos a costa de los tuyos.
¿Cómo proteger tu valor sin convertirte en su sombra?
Primero, reconociendo que el afecto genuino no exige atención constante.
Una pareja sana puede compartir logros, alegrías y frustraciones sin que eso implique tener que estar demostrando amor cada cinco minutos.
Luego, marcando límites suaves pero firmes:
— “No necesito estar de acuerdo con todo para quererte.”
— “No siempre puedo estar pendiente, pero eso no significa que no me importes.”
— “Tu valor no depende de cuánto te valide. Y el mío, tampoco.”
No es fácil decir estas frases.
Pero son necesarias para mantener tu identidad en medio de una relación que podría absorberte sin querer.
Recordatorio final: no te vuelvas reflejo de lo que el otro espera ver
Tú eres mucho más que un apoyo emocional.
Tu presencia no debe ser medida por cuánto la haces sentir especial, sino por lo que ambos construyen juntos con honestidad y equilibrio.
Si una persona necesita validación constante para sentirse querida, no es tu amor lo que busca…
Es seguridad.
Y esa solo puede encontrarla mirando hacia adentro, no en tus ojos.