Para el estudio, Murphy y sus colegas entrevistaron a 404 adultos por teléfono todas las noches durante dos semanas.
A cada persona se le preguntó sobre su estado de ánimo, si había vivido algún conflicto y si había recibido un abrazo ese día, entre otras preguntas.
Cada persona también se sometió a un examen físico y llenó un cuestionario sobre su salud y red social al comienzo del estudio.
Los investigadores encontraron que los abrazos se asociaron con un aumento en los marcadores de estado de ánimo positivo y una reducción de los negativos; ocurría lo contrario con el conflicto de relaciones.