Y en los dĂas en que ocurrieron ambas cosas, las personas tendieron a reportar menos sentimientos negativos y mĂĄs positivos que en los dĂas en que experimentaron conflictos pero no abrazos.
Esa tendencia fue cierta independientemente del género, la edad, la raza, el estado civil, la cantidad total de interacciones sociales y el estado de ånimo promedio.
Incluso se prolongĂł hasta el dĂa siguiente, aunque la caĂda de los sentimientos negativos fue mĂĄs pronunciada el segundo dĂa que el aumento de los positivos.