No se trata de ser iguales.
Se trata de remar en la misma dirección.
Porque cuando hay competencia dentro de una relación, alguien siempre termina perdiendo.
Y en el amor, eso no deberÃa pasar.
Una buena compañera no te ve como rival.
Te ve como compañero de equipo.
Ella no quiere ganarte
Quiere crecer contigo.
No necesita demostrar que puede más, ni que sabe más.
Y cuando tiene razón, no te lo grita.
Te lo muestra con respeto.
Porque su objetivo no es tener la razón.
Es tener paz.
¿Cómo es una mujer que construye?
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Te respeta, incluso en desacuerdo
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No compara tu camino con el de ella
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Te apoya en tus proyectos, sin dejar los suyos
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No te minimiza, ni se minimiza a sà misma
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Celebra tus logros como propios
Su presencia no genera tensión, genera dirección.
No hay lucha de egos
Hay un equilibrio que se siente.
Ella no intenta sobresalir todo el tiempo.
Sabe que cuando uno brilla, los dos avanzan.
Y si tú estás en un momento difÃcil, no se aleja para verte caer.
Se queda.
Aporta.
Sostiene.
Es una aliada, no una competidora
Y eso cambia todo.
Porque puedes ser vulnerable sin sentirte menos.
Puedes pedir ayuda sin que eso sea usado en tu contra.
Puedes fallar… y seguir siendo valorado.
Con ella, la relación no es una competencia.
Es una construcción.
Y eso se nota en los pequeños detalles
En cómo te mira cuando hablas de tus sueños.
En cómo te defiende cuando no estás.
En cómo toma tu mano cuando el camino se pone duro.
No te exige que seas un héroe.
Te recuerda que no estás solo.
Y cuando eso pasa…
Sabes que estás con la mujer correcta.