Muchos dicen que están buscando a una buena mujer.
Pero no todos están preparados para verla cuando la tienen enfrente.
Porque una mujer valiosa no se presenta con etiquetas.
No se promociona.
Se revela en la forma en que vive, en cómo trata a los demás y en la paz que transmite.
No es la que más habla… es la que más se nota
Sin levantar la voz, te hace sentir escuchado.
Sin buscar agradar, termina conquistando.
No compite con nadie, y aun así, destaca.
Ella no necesita llamar la atención.
Solo necesita ser ella misma.
¿Cómo se reconoce a una mujer valiosa?
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Tiene coherencia entre lo que dice y lo que hace
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No se queda donde no la respetan
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Sabe cuidar, sin perder su individualidad
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Ama con madurez, no desde la necesidad
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Tiene principios, no solo emociones
No se deja llevar por lo inmediato.
Elige desde la conciencia.
Y si te elige a ti, es porque ve en ti algo real.
No todos saben valorarla
Muchos confunden su tranquilidad con frialdad.
Su independencia con distancia.
Su claridad con dureza.
Pero los que miran más allá, descubren lo esencial.
Descubren que no busca llenar vacíos.
Busca compartir su plenitud.
Reconocerla requiere madurez
No basta con admirar su belleza o lo bien que se expresa.
Tienes que mirar cómo reacciona cuando algo no sale bien.
Cómo responde cuando se siente herida.
Cómo cuida a quien ama sin perderse en el intento.
Ahí está su valor.
En lo que no se ve a simple vista.
No la dejes ir por no saber lo que tienes
Si llega a tu vida, préstale atención.
No la subestimes.
No la confundas con alguien común.
Porque una mujer valiosa no se encuentra cada día.
Se reconoce…
y se cuida.